En México existen 52 especies de aves rapaces entre las que se encuentran águilas, halcones, gavilanes, azores, milanos y zopilotes, que tienen un papel muy importante dentro de la cadena alimentaria, pues controlan la población de otras especies.
Y aunque el caso del águila real es el más conocido, no es la única en peligro; más de la mitad de especies de aves rapaces que habitan en el país se encuentra bajo algún tipo de amenaza. La cacería es una de ellas, pero el principal riesgo para las rapaces está en la destrucción de sus hábitats.
No obstante, hay muy pocos proyectos de conservación de aves de presa; la Semarnat señala que solo existen tres programas de conservación para estas especies, estando dos de ellos exclusivamente destinados a la conservación del águila real.
Les invitamos a conocer dos de estas maravillas de la naturaleza que no dejan de sorprendernos.
Halcón de Harris
El halcón de Harris (Parabuteo unicinctus) también conocido como aguililla de Harris, busardo de Harris o gavilán, es una rapaz con cualidades únicas. Es la única ave de presa que realiza cacerías en grupo, por esto son bien llamados «lobos del aire», de inteligencia sobresaliente, pues presentan las tácticas más sofisticadas de cacería grupal documentadas para un ave. Es sociable, y esta condición se evidencia en la cría de los polluelos, que es compartida por todos los miembros del grupo.
Es única en su genero, con sorprendentes habilidades como su fuerza para soportar presas tres veces mas pesadas que ella; su dieta principal se basa en liebres, conejos, palomas, roedores y, a falta de ellos, lagartijas y otros reptiles.
En México tenemos la fortuna de contar con estas admirables rapaces que se encuentran en la cima de la cascada trófica. Esto tiene influencia sobre el tamaño de las poblaciones de varios organismos directa o indirectamente, muchos de los cuales se pueden convertir en plagas al desparecer las poblaciones de depredadores.
Actualmente, el estado de conservación de esta especie se considera de «preocupación menor» debido a que su área de distribución es amplia, sin embargo se ha detectado una ligera disminución en su número. Una de las causas, es que las poblaciones están limitadas por la cantidad de espacios que pueden utilizar actualmente para perchar mientras cazan o anidan; dichos lugares se han reducido debido a la introducción de ganadería y agricultura, limitando a la especie.
La buena noticia es que, siendo tan inteligente, se le ha visto colonizar algunas áreas suburbanas de ciertas ciudades del suroeste de Norteamérica. Este detalle sugiere que se trata de un ave adaptable, y de hecho así lo es, al igual que sus parientes próximos, los ratoneros buteo.
Si llegases a ver un halcón de Harris, admíralo y respétalo; después de todo, ha hecho una muy buena mancuerna con el hombre; se ha utilizado para funciones tan variadas como espantar gorriones de viñedos en Francia y ahuyentar palomas en el metro de la ciudad de México, o a los pájaros en general en los aeropuertos. Esto los convierte en una alternativa alentadora y muy interesante con respecto a los pesticidas, que han causado graves daños al medio ambiente.
Águila real
Aún como el animal más emblemático de México, el escenario del águila real o águila caudal (aquila chrysaetos), es muy diferente al del halcón de Harris. Saber que en la actualidad se registra la existencia de sólo unas setenta parejas de águila real en nuestro país, nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de que en un futuro cercano esta rapaz pueda extinguirse.
El águila real, es una ave de características sorprendentes. Caza desde el aire; se concentra principalmente en las liebres, aunque come también ardillas, ratones, zorros, serpientes, e incluso crías de individuos viejos o enfermos de cabras salvajes, ciervos, y jabalíes, así como otras aves voladoras y terrestres, incluyendo carroña cuando los mamíferos son escasos. Pesa de 3.5 a 6 kilogramos y mide de 90 centímetros a 1 metro de altura, con una envergadura en sus alas de 1.82 a 2.27 metros, por lo que se considera el ave rapaz más grande de México.
Su vista es ocho veces más potente que la del humano y capaz de enfocar dos puntos al mismo tiempo: en uno mantiene una visión binocular y en el otro monocular. Esta capacidad le permite triangular su campo de visión y calcular la posición y distancia de los objetivos.
El águila real desempeña un papel fundamental para el adecuado funcionamiento de los ecosistemas donde habita, pues por su condición de gran depredadora ayuda a mantener el equilibrio de las poblaciones de otras especies. Al igual que con otras rapaces, su principal amenaza es el acelerado crecimiento que registran las actividades humanas dentro de sus áreas de distribución, principalmente agrícolas y ganaderas que han generado la fragmentación de su hábitat, además de su caza furtiva, así como la existencia de cables de alta tensión en las zonas que vive.
Dada la disminución de poblaciones silvestres del águila real, se han realizado estrategias para la rehabilitación y manejo en cautiverio de algunos ejemplares de esta especie, con ayuda de herramientas que tienen como objetivo asegurar su permanencia y recuperación.
Algunas instancias gubernamentales, zoológicos y organizaciones de conservación han realizado las gestiones necesarias para la correcta aplicación del marco legal que sustenta y justifica las acciones de protección y rehabilitación del águila real en México; sin embargo el panorama para ella en su hábitat natural, luce incierto. Investiga si en tu comunidad existe un santuario, o un área natural donde puedas observarla; al atestiguar su magnificencia, seguramente desearás apoyar de alguna manera a su preservación.
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