Historia de antigüedad
La zooterapia o terapia asistida con animales (TAA), es una actividad desarrollada con el objeto de seleccionar, entrenar y certificar animales que sean de apoyo en tratamientos y terapias para pacientes con enfermedades que los debilitan y los afectan en el plano físico y psíquico.
Aunque no existe aún base científica para el tratamiento de la discapacidad con animales, las personas cercanas al paciente, aseguran en la mayoría de los casos cambios positivos notables. Entre las especies más utilizadas están los perros, gatos, caballos, aves, conejos y delfines, aunque el empleo de estos últimos en tal actividad se encuentra en debate por diversas razones.
El uso de los animales en esta dirección se remonta a siglos atrás. Ya en 1669, el filósofo John Locke defendía que la relación con animales, tenía una función sociabilizadora.
En la antigua Grecia, se daban paseos a caballo como parte de las terapias para aumentar la autoestima en personas que padecían enfermedades incurables, y en el siglo XVII ya se utiliza al caballo en tratamientos de rehabilitación para personas con alto grado de discapacidad.
Hoy en día, el uso de animales con fines terapéuticos es cada vez más frecuente conforme se constatan sus efectos beneficiosos. A diferencia de las personas –con quienes nuestras interacciones pueden ser complejas– los animales proporcionan una fuente de sosiego y un foco de atención; esta aceptación plena es clave. De esta forma bajo la supervisión de un terapeuta, el animal contribuye al proceso de recuperación de la persona.
El psiquiatra Boris M. Levinson en 1953 y su perro Jingles de manera inesperada, recibieron la visita en casa de un niño con graves problemas de retraimiento. Al no estar programada dicha visita, el Dr. Levinson atestigua cómo el paciente reacciona positivamente ante la presencia del perro. Decide ir incorporando a las sesiones esta interacción, para comprobar posteriormente gran mejoría en el estado mental de los niños, pues el perro los ayudaba a tranquilizarse, comunicarse y expresar sus emociones. Esto le impulsa a iniciar una amplia investigación que sentaría las bases de lo que hoy conocemos como Terapia Asistida con Perros (T.A.P.)
¿Qué perros son candidatos para tal actividad?
Lo primero es realizar un examen para detectar posibles patologías de comportamiento, ya que no todos los perros son aptos para ser terapeutas. En general, se busca que sean sociables, pacientes, con buen carácter, inteligentes y que aprendan con facilidad. Deben ser muy mansos, acostumbrarse al trato un poco brusco, y que no se sorprendan ante ruidos estridentes. Aunque para ser perro de terapia cualquier raza es válida, los más utilizados son el golden retriever y el labrador retriever.
Requisitos para ser perro terapeuta
Variables genéticas y ambientales
- El perro debe nacer con cierta predisposición
- Experiencias de vida adecuadas: mejor si vive con una familia que en centros o jaulas
- Obediencia básica
- Muy sociables
- Deseos de agradar al hombre; docilidad
- Tolerantes y dispuestos
No se recomiendan
- Molosoides: su gran tamaño puede intimidar al paciente
- Que babeen mucho: al tratar con enfermos resultan antihigiénicos, sobre todo en hospitales
- Que no suelten demasiado pelo: podrían provocar problemas de alergias
La terapia asistida con animales proporciona interacciones positivas entre un ser humano y un animal. Incorpora el talento y las características de un animal de terapia en un entorno terapéutico para facilitar la recuperación de la persona que busca ayuda terapéutica tanto física como mental o emocional.
Fase de adiestramiento
- Puede durar entre cuatro y ocho meses
- A través del refuerzo positivo
- Trabajo diario
- Se les enseña a no alterarse ante sonidos sorpresa, pavimentos desagradables ni olores penetrantes, como los de un hospital
- Deben tener gran control del tren posterior, para evitar tirar objetos con la cola
- Nunca deben lamer a no ser que se les permita
- Fase rol-playing: situaciones simuladas para comprobar la reacción del perro (es muy diferente la interacción perro-paciente ante un trastorno motor que con una discapacidad intelectual)
Fase activa
- Es recomendable que el perro sea adulto (un año de edad, o año y medio)
- Brindarle al menos media hora diaria de ejercicio
- Efectuar recordatorios habituales de obediencia
- Refuerzos positivos
- Como cualquier adiestramiento, el perro debe permanecer motivado para que no pierda el interés
¿Consideras que tu peludito podría ser un perro de servicio y que de esta manera compartir algo con tu comunidad? Visita antes a un especialista a fin de contar con una opinión profesional y ¡manos a la obra!
Vía:
El Ovejero Alemán
Los perros (igual que otros animales) pueden ayudar mucho a personas con ciertos problemas ya se adaptación, conducta, soledad, etc. Como comentáis no todos sirven y es necesario un adiestramiento adecuado.
Muy buen artículo
Arte Animal - Yolanda Castillo
¡Mil gracias por tu comentario Ovejero Alemán! En efecto, hay que buscar que el futuro animal de servicio cuente con la vocación, y de tenerla, brindarle el adiestramiento adecuado. ¡Saludos!